En Ejército aprendí una excelente técnica que creó que es aplicada por todos y es el arte de “llorar por dentro”. Resulta y pasa que siempre es mal visto ver llorar un hombre y más en esta profesión de superhumanos rudos, pero créeme es difícil reprimir del todo nuestros instintos y no hay mayor dolor del que se vulnere el orgullo de un hombre, cosa que pasa constantemente en la fuerza, es parte del entrenamiento… llega un momento en dicha etapa donde te hacen creer que no eres nada, no causa ningún efecto en vida y la labor que cumples solo satisface esa deuda de ser un perdedor (todo es psicología) durante ese juego solo los débiles derraman sus lágrimas (lo he visto) los más fuertes las derramamos por dentro, no las tragamos amargamente y con el tiempo se agradece dicho trato… afuera te toca experimentar de todo un poco y en el tema precisamente del trato también jugaran muchos papeles primordiales el tragarse el orgullo. La persona común cree que solo haces presencia y solo estás ahí expectante sin hacer nada, no sabiendo que se está arduamente 24/7 llevando a cabo labores que ellos no harían…
“Las órdenes se cumplen o está mierda se acaba” esto lo escuché venir de un comandante después de un ardua labor de 8 días por unos de nuestros cerros Colombianos, para aquel momento escalábamos a todo pronóstico, bajo la lluvia y los rayos sin descansar lo suficiente, solo para cumplir una ambiciosa misión. Durante ese trayecto un soldado expresa estar cansado con todo y llevar las ganas de mandar todo a la mierda, ahí se repite la mítica frase “las órdenes se cumplen o está mierda se acaba”. Yo a pesar de estar en desacuerdo con muchas órdenes excesivas, me trago el remordimiento mientras pienso que fue lo que elegí… llorar por dentro, frente al dolor y la adversidad no se debe mostrar debilidad.
Esa es solo una pequeña micro-historia de batallas de egos, pero no todo el tiempo es así… el resto del tiempo satisface los días que parecen pesadillas, he ahí donde ves la gloria y el triunfo, es lo mejor y por ello se continúa en esto; jugar a la probabilidad.