“Antes de meterte con alguien, procura olvidar completamente a tu ex” Esa es la frase con la que se marca el final de esta historia, y la cual llevaré muy presente por el resto de mi vida. Aunque para entender todo esto, tengo que remontarme al principio
Dios compasivo vs la Diosa de la tentación
Nunca creí enamorarme tan perdidamente de alguien hasta que conocí a aquella chica de mirada coqueta, de movimientos candentes, de dulces palabras. Desde que la vi, supe que iba a ser mi perdición y no estaba tan equivocado en ello, a pesar de que en la vida nos arriesgamos a ganar o perder. Decidí apostarlo todo, ¡qué importa si lo perdía! Se dice en mi tierra que “quien no se arriesga, no gana”. Por lo tanto, desde el primer momento en que surgió la oportunidad de acercarme, intenté conectar con dicho ser.
Al principio solo podía ver a una persona cargada de problemas internos, con ciertos estigmas y complejos. A pesar de que es un proceso difícil, se puede superar… más, siendo yo un experimentado en ello, después de tantos problemas internos que me ha tocado superar y lo mejor, yo solo: “lo que no te mata, te vuelve más fuerte”. Así fue como construí mi personalidad que, desde lejos, parecía impenetrable, hasta que ella llegó y removió todo protocolo que pudiera haber impuesto en su momento.
Por supuesto, decidí ser su bastón, su mejor apoyo, su pañuelo (llámalo X, llámalo Y) y aunque realmente no quería aprovecharme de la situación, sí logré ganarme su confianza para poder ser algo más que su confidente. Así fue, las cosas se dieron y funcionaron por algún tiempo muy bien.
Una montaña rusa de emociones
Un nuevo día, un nuevo reto por cumplir… esa fue mi sensación a su lado, cada día luchaba para quedar bien, para mejorar su ánimo, para sacar la mejor versión de mí, siempre le buscaba, le escribía en todo momento, le daba detalles, la hacía sentir importante, aunque ella, siempre se comportaba en 50/50, en algún momento podía ser muy cariñosa, en otras realmente parecía muy indiferente. ¿Quién en plena actualidad mantiene su celular en modo vibración? ¿Qué ella contestaría una llamada era todo un reto y siempre con excusas de “querer desconectarse del mundo” cuando lo que más quería yo era que se sintiera parte de mi mundo, realmente que era lo único que me importaba en ese momento, aun así solo obtenía indiferencia…
Puedo admitir que fui el más celoso de la relación, nunca había sentido tantos celos por alguien, pero era realmente porque la quería y sabía que ella era bastante coqueta, incluso con su pasado más reciente el haber estado charlando con dos personas a la vez (según lo que yo puedo interpretar) por lo que mi desconfianza aumentaba; mis amigos y familiares me llamaban loco. ¿Por qué le daba tanta importancia a una chica mayor que yo? Y más, yo teniendo tantas posibilidades con otras chicas, pero lo que realmente no se entiende es que era amor puro, cómo decía Forest Gump “la vida es una caja de bombones, nunca sabes cuál te irá a tocar”.
Yo preferí adoptar una táctica diferente, el no hacerme sentir tan «apresurado» por lo que guardaba distancia, pero a apenas ella sintió el distanciamiento, de inmediato me llamaba en son de celos, reclamándome qué si me había olvidado de ella o que si realmente tenía otra… esa fue también una parte de esta corta relación con la que me toqué luchar y es la fama, debido a que en donde nos conocimos yo soy «reconocido» (no siento orgullo por ello) de haber conquistado a varias de allí, SUPUESTAMENTE… solo tuve algo corto con alguien (del momento) pero fue aprovechado por entes mal intencionados para difundir falsedades de mí, cuestión que ella no quería entender por más que le demostraba con hechos que ellos estaban equivocados, realmente la única que me importaba era ella y así lo dejé en claro por todo este tiempo.
Mariposa traicionera
Tal y como en el título… siendo escéptico, caí en el engaño y es lo que más me duele. Todas las veces que quise obtener una respuesta, lo único que obtenía era silencio o respuestas inconclusas. Esa es la verdad, me porté con la máxima humildad posible, queriendo reparar las cosas de la manera correcta, pero ella nunca fue sincera. Realmente se notaba a distancia que tenía una esperanza inquebrantable de volver con su ex, no lo puede olvidar y quizás la historia que obtuvo conmigo solo fue un engaño temporal para «olvidarse» de él, un maldito engaño del que salí herido y derrotado.
Mis amigos y más cercanos siempre me lo decían: ella realmente siempre buscaba un pretexto para enojarse los días que coincidencialmente estaban libres para vernos y así desconectarse y hacerse la indiferente. Cosa que, de coincidencia, tiene poco. Lo peor es que luego llegaba como si no ocurriera nada. ¡Ah! Pero el controlador era yo; alguien que solo quería pasarse de fiesta en fiesta con sus amigas y terceros. Desde un inicio me pintó un Red Flag y vaya que pude confirmarlo en toda regla, no era la indicada.
Hombre fuerte
Mi nombre, que no puedo revelar, según la Biblia significa ‘hombre fuerte’, y tal como ese significado, no me rendiré. Es más, este es un aprendizaje más para detectar a tiempo esas mentirosas y evitarlas a toda costa. De hecho, a pesar de que me dolió, hoy, junto con este escrito, esa persona deja de importarme en lo absoluto y pasa a ser cosa del pasado. Fue bueno mientras duró y lo único que realmente le deseo son cosas buenas. Aunque, le deseo que tenga más claridad, más sinceridad, más compromiso y transparencia al conectar con una nueva persona y que no provoque lo que hoy hizo conmigo; fue un golpe bajo, uno del que tarde o temprano se le devolverá.
Gracias por todo, mentirosa.
Odio las mujeres falsas e hipócritas que con su don de dar amor y dar tristeza al mismo tiempo nos destruyen pedazo a pedazo robándose nuestro ser
¡Las mujeres parecen ser un arma de doble filo! Bueno, realmente sin bromear tanto; pueden subirte al cielo o convertir tu vida en un infierno.
Saludos máquina; gracias por comentar.
¡Hola, Gato! ¡Y qué relato! 🙀
Yo pasé por una situación relativamente similar a la que comentás. O, mejor dicho, viví las mismas etapas que experimentaste vos al relacionarte tan profundamente con alguien.
Para empezar, creo que tanto vos como yo cometimos el mismo error de principiante al comienzo de nuestras respectivas relaciones con las correspondientes personas: y ese error es haberlo entregado todo desde el inicio. Por eso, al final de la historia, sentimos tanta frustración, porque nosotros entregamos todo sin medirnos, sin condiciones, demostrando nuestro absoluto interés en la otra persona, y la otra persona —para decirlo con mucho eufemismo— se termina «acostumbrando» a ese trato, muy rápidamente, casi sin objeciones (al menos no en la etapa de color de rosa).
A mí también me pasó que, cuando necesitaba respuestas, solamente me llegaba silencio o respuestas inconclusas. Para mí, eso fue indicativo de que la balanza de la relación no estaba para nada en equilibrio. Es lo que decía en el párrafo anterior: mientras que de este lado, se apuesta todo a la relación, del otro lado se acostumbran rápido a dar sin recibir, y eso lleva a que crean que nos tienen comiendo a sus pies.
En el momento en que vos y yo nos dimos cuenta de que fuimos personas engañadas, el dolor puede ir de grande a insufrible. Y es un duelo que nos debemos otorgar, que debemos respetar que transcurra, y sufrir por dentro todo lo que haya que sufrir, no importa. Pero esto es —aunque no lo parezca— algo positivo y necesario. Es positivo y necesario porque tiempo después —ya desde un punto lejano a ese momento— aprendemos a valorarnos en nuestra justa medida: cuánto valemos realmente, de qué somos capaces (y de qué NO somos capaces) de dar en una relación futura, qué tipo de vínculo queremos y qué esperamos de la otra persona, cuánto y a partir de cuándo. Evidentemente, lo que ganamos en sabiduría y experiencia, lo perdemos en inocencia y paciencia. ¿Y sabés qué, Gato? No está mal perder la inocencia y la paciencia. Al menos, no en este contexto.
El universo es puro dharma y karma, y todo lo que uno haga, el universo te lo devuelve duplicado (en un momento aleatorio de nuestras vidas). Las personas que hayan jugado con nosotros, no comprometiéndose en la relación, recibirán el karma que les corresponda.
Y, para finalizar de forma optimista este comentario, te podría decir que deseo que esa persona aprenda de sus acciones y que eso le ayude a evolucionar/madurar para consigo misma como para con todas sus relaciones humanas.
Pero la verdad es que después pienso que eso no está a mi control, así que no deja de ser una mera expresión de deseo. Si la otra persona logra madurar o no, no es un asunto mío, así que me permito dar la vuelta de página con total libertad, sin sentir rencores, pero tampoco sin sentir culpa o lástima.
Las demás personas que no nos supieron valorar se van a perder lo que ya somos en la actualidad. Se van a perder lo que verdaderamente significa «evolucionar» y difícilmente vayan a poder dar un testimonio certero y cercano de cómo evolucionamos nosotros. Como esas personas decidieron irse de nuestras vidas por la puerta trasera, no queda más que dedicarles un: Bon voyage! 👋
¡Hola KNTRO! Es un honor poder compartir este tipo de relatos con personas como tú (muy humanas). Realmente, estás experiencias nos enseñan valiosas lecciones sobre la importancia de la comunicación y el equilibrio en las relaciones. Es cierto que al principio, cuando estamos enamorados, a veces entregamos todo sin condiciones, sin medirnos, y eso puede llevarnos a sentirnos frustrados y engañados cuando la otra persona no responde de la misma manera.
El silencio o respuestas inconclusas es como si nos hubiéramos «desnudado» completamente y la otra persona se hubiera «acostumbrado» a nuestra generosidad sin dar nada a cambio 🙁
Tu reflexión sobre la posibilidad de que la otra persona aprenda de sus acciones y evolucione es muy alentadora. Aunque no podemos controlar el camino que toman las demás personas, sí podemos elegir cómo respondemos a estas experiencias. Y en el proceso, aprendemos a apreciar nuestra propia evolución y a valorarnos aún más.
¡Gracias por compartir tu relato! Espero que estas reflexiones ayuden a más dolientes a encontrar consuelo y a seguir adelante con confianza; saludos.