Escrito en colaboración con Alexis Alzate.
La escritura es la forma por excelencia de plasmar nuestras ideas; para ello, basta y sobra con dar libertad a la pluma y derramar algo de tinta en el papel. A su vez, la escritura no regulada se refiere al tipo de escritura que carece de las convenciones formales de la gramática y la estructura de un texto. Esto tiene el objetivo de dejar que las ideas fluyan libremente sin preocuparse por la calidad o el resultado final, permitiendo a los escritores un modo de terapia o autoexploración, ayudándoles a procesar emociones difíciles o aclarar sus pensamientos y experiencias de manera auténtica y sin restricciones.
Y aunque como autores somos los propietarios de nuestros textos, debemos convivir con la existencia de las leyes, normativas y controles que supervisan y, de alguna manera, restringen nuestras ideas. Sin embargo, en la sociedad actual es relativamente sencillo escribir. Aparte de las herramientas analógicas, existe una multitud de software para este propósito. Cabe recalcar que escribir sin trabas puede exponer a las personas a todo tipo de riesgos. Dicho software ha evolucionado hasta el punto en el que la gran mayoría de personas tiene redes sociales en las cuales puede expresarse o crear sus propios espacios, ya sean públicos o privados, como es nuestro caso al expresarnos «libremente» desde nuestros blogs.
Las formas creativas de expresión que no están reguladas por las convenciones literarias tradicionales nos proveen un mecanismo para el ejercicio democrático, permitiendo expresar preferencias políticas y otras ideas particulares, bajo el derecho de la libertad de expresión reconocido por aquella súplica que nos dejaron nuestros antepasados en forma de Declaración Universal de los Derechos Humanos. Aún hoy, el arte que no desafíe las normas convencionales no es arte.
Pero siendo sinceros, la escritura está sujeta a la censura o al control de una autoridad centralizada. Las distintas jurisdicciones han abordado aspectos específicos relacionados con la libertad de expresión en el contexto de las redes sociales, como la protección al periodismo, la no protección a la calumnia, y la tutela de la honra y la reputación durante el desarrollo de la contienda. Estos criterios reflejan la complejidad de equilibrar la libertad de expresión con la necesidad de proteger los derechos humanos y el orden público, donde la escritura no regulada se muestra como un acto de resistencia contra el control gubernamental sobre la información y la comunicación.
La escritura no regulada es un excelente punto de partida para el proceso de revisión y edición, que vale como herramienta para superar los bloqueos creativos o desarrollar procesos personales. Sin embargo, esta debe discernirse de los medios de comunicación social, que frecuentemente han sido utilizados como un medio para restringir la libertad de expresión. Estos medios sociales han servido más como métodos publicitarios alejados del fin de facilitar la circulación de noticias, ideas y conversaciones. Incluso, impidiendo el derecho de las personas a recibir información, limitando el desarrollo pleno de una sociedad democrática.