Un día más, un día menos

Hoy es mi cumpleaños o fue… ¡¿Quién sabe cuándo llegues a leer este texto?! Para estos días, me he alejado un poco de la red. He estado un poco más introspectivo, analizando esos cambios y mejoras que he aplicado desde hace algún tiempo. De los que aún se siguen sumando más actualizaciones para continuar con un poco más de ánimo.

Siempre he mantenido bajas expectativas para evitar sorpresas dolorosas, pero esta vez parece que me he equivocado. Este día aún no ha terminado y continúa sorprendiéndome. Esta vez, me tocó el turno de noche, por lo que llegué exhausto a casa desde la madrugada anterior, sin ánimos para desayunar. Por lo tanto, decidí ir directamente a la cama y abrigarme junto a mi gata mientras exploraba mis sueños, conectándome con los escenarios de ensueño que me gustaría vivir. De repente, un dulce sueño dio paso a un agrio despertar, siendo casi mediodía, completamente deshidratado y con el estómago pidiendo que cocinara algo rápido; para mi sorpresa, mi hermana llamó a mi puerta con una gran bolsa que contenía dos fiambres (comida tradicional envuelta). Les dejaré una imagen para que los lectores extranjeros puedan observar qué es un fiambre.

Y sí… No había agregado ese dato en actualizaciones anteriores y es que, días atrás, acepté una invitación para ir a la casa de mi madre, donde vive con mis hermanos. Nuevamente, «reconciliándome» y aceptando que, a pesar de todas las diferencias e historia ocurrida, seguimos siendo familia, no fue nada de «disculpas», sumisión o arrepentimiento, nada de eso. Fue llegar a su casa y como si nada malo hubiera ocurrido nunca, pasé siendo saludado mientras me preguntaban si quería comer algo. Lo cual acepté y procedí a sentarme a cenar mientras escuchaba sus historias recientes, observaba los cambios y progreso que habían obtenido durante casi más de un año desde la última vez que los observe… Por supuesto, me notaron cambiado y yo a ellos; en mi mente nunca entró el rencor, por lo que fue fácil procesar todo ese momento.

El caso es que me fue muy bien el haber restablecido días conexiones, mi alma volvió a sentirse en «paz» como si hubiera cerrado una deuda.

Entonces, repasando: mi hermana llegó a mi casa para traerme esos fiambres para comer, lo cual fue muy oportuno, uno para almorzar y otro para cenar. No quise cocinar absolutamente nada; de allí procedí a prepararme para salir a trabajar y tomar el turno de noche. Al llegar al trabajo todo parecía como si fuera a ser un día más, nada especial y no era que yo estuviera esperando algo, pero sí sentía una rara sensación de… “te haces cada vez mayor y estás aquí encerrado sin conectar con nadie”. Es ahí cuando revisé mi celular para ver qué había de nuevo y fue de inmediato cambiar mi expresión de seriedad a una amplia sonrisa de oreja a oreja. Tenía mensajes por todas partes de cumpleaños, de verdad que había bastante gente que se acordó de mi día y me hizo sentir recordado. Incluso en Mastodon pude observar que Lunnaris, Durru, Itan y Pato se acordaron… Me hizo mucha ilusión (espero que vean esto) y siendo tan tarde aún no respondo, siento que debo desconectar un poco más de las redes, aunque ese vistazo de notificación me hizo querer nuevamente enchufarme a la red y no soltar. Para toda esa gente que se acordó, un «gracias» sería poco, tengo mucho más que decirles.

Todo iba transcurriendo comúnmente en mi labor, poco movimiento siendo la noche, pero pasó algo y es que dos de mis compañeros de turno me pidieron bajar a su posición. Tenían una torta, hamburguesa y otros detalles para celebrar el día. Por supuesto, eso fue algo que me sorprendió bastante, me subió los ánimos por completo. Sentí nuevamente que le importaba a alguien (pausa, se me salió una lágrima)… y es que, a pesar de que me he vuelto aún más selectivo debido a mi jodido historial laboral, que tantas discusiones me ha traído con gente tóxica y demás, me hizo ser alguien desconfiado más de la cuenta. Pasé a la paranoia y a eludir a todo el mundo con tal de evitar problemas en el trabajo. Pero al ver dicha sorpresa me dije a mí mismo que estaba siendo demasiado fuerte, con personal, que realmente no se merecía el mismo trato que quienes me fallaron; es un aprendizaje constante.

Después de eso retorné a mi puesto cuando fui avisado de que mis hermanos estaban en la entrada de las instalaciones, otra sorpresa más… me regalaron dulces, dos libros: un cómic sobre Batman y El Tesoro, ambos originales en pasta dura, de la mejor calidad de impresión ¡fue lo mejor! Un detalle del cual no podré olvidar nunca, de hecho, es cuando más me siento en deuda.

Regresan las pesadillas

El 2 de febrero de 2001 fue quizás el mejor día y al mismo tiempo el peor, nacía una nueva vida en este planeta. Una de ellas, con el tiempo, pasó de entender qué más que una «oportunidad» era un desafío. Por lo tanto, a medida que crecía e iba conociendo la triste realidad junto con sus tristes historias, perdí completamente el gusto por comprender lo que significaba «vivir». Es aquí donde, nuevamente, reitero que tengo poco valor. Si lo tuviera, acabaría con todo esto de una vez por todas. Ya no más dudas, ya no más dolores, ya no más inseguridades, ya no más arrepentimientos, ya no más desafíos y ofensas, todo se acabaría.

En algún momento pude sentir cómo podía agarrar el valor suficiente para hacer todo eso que pensaba realidad, fue cuando me limpie las lágrimas de la cara, con la mente en blanco sin pensar en nada o en nadie, cogí el impulso suficiente para llegar tan lejos cómo nunca nadie lo habría hecho, corriendo a toda prisa y esperando saltar alto, tan alto, sin que nadie me detuviera y alcanzar esa luz, misma de la que en algún momento mi difunto hermano me ofreció en un sueño Y CUANDO POR FIN CREÍ QUE LO HABÍA LOGRADO… no ocurrió, la intoxicación etílica me había atrapado.

Un día más, un día menos, aún sigo acá… quién sabe por cuanto tiempo, pero lo que sí sé, es que aún seguiré haciendo de mi vida lo más auténtica posible, seguiré siendo transparente, sincero y leal, qué cuando todo termine y despierte de la horrible pesadilla por lo menos alguien atrás se pueda acordar lo mejor posible de mí.

Abandonar la Matrix no es imposible.