¿De qué vale tantas normativas de protección de datos si las empresas no cumplen?

Desde hace un tiempo vengo analizando este tema un poco indignado, y es que, en lo que llevo trabajando en diferentes empresas, he logrado notar demasiadas incoherencias e incumplimientos respecto a lo que se tiene sobre leyes y normativas de protección de datos.

Cuando comencé a trabajar en la vida civil, después de pasar por el Ejército, noté muchos incumplimientos por parte de las empresas y cómo todos los institutos que ‘supervisan’ las empresas simplemente se quedaban de brazos cruzados ante los abusos, o como se dice acá en Colombia, se hacen los de ‘la vista gorda’, básicamente ignorando todo lo que sucede de fondo, como si nada pasara porque hay intereses de por medio. Eso es lamentable; por más que en Colombia han ido cambiando las cosas, aún falta demasiado para que mejoren en cuestiones de transparencia y disminución de la corrupción. Aún hay sectores donde siguen haciendo y deshaciendo sin que realmente pase algo.

Uno de los primeros casos que más me impactó en las primeras empresas en las que laboré es que manejaban un historial de todos los ex-empleados, con todos sus datos, según ellos como ‘proyección’ en caso de que ese ex-empleado se fuera enojado y en algún momento quisiera hacer algo en contra de la empresa, entonces tenerlo previamente identificado. Cuestión que lo veo y no lo veo. ¿Por qué? Creo que ya es suficiente que haya un historial como ‘ex-empleado’; con tener los datos mínimos se puede ir en persecución legal contra dicha persona. Identificarle no será tan difícil, pero tener todos sus datos incluso después de que la persona se fue y por un tiempo prolongado lo veo injusto; se debe respetar el ‘derecho al olvido’.

Además, la tasa de que alguien haga algo negativo en contra de la organización creo que es muy baja. Normalmente, la persona del común hace todo el proceso para que le entreguen sus últimos pagos o liquidación, sus exámenes médicos de retiro y listo, se van sin problemas para jamás volver, por lo que lo veo innecesario y denunciable.

De hecho, desde hace bastante tiempo yo ya pertenezco a ese listado, lo cual es lamentable. ¿Por qué no denunciar? Realmente, los procesos legales son tardíos y cuestan demasiado dinero, cuestión que a una persona natural no le es fácil asumir.

El segundo caso, y más miserable que experimenté, fue ver cómo toda la papelería de datos personales (hojas de vida, peticiones/solicitudes, cartas y un largo etcétera) se utiliza (sí, aún) como papel reciclable para impresiones, y esos documentos son repartidos por toda la ciudad con la nueva información. Aunque claro, la original aún reposa en la otra cara del papel, entonces imagínate que tu cara, tus letras y tu información terminen en X lugar, pasando de mano en mano con tal de que la organización se ahorre dinero en comprar hojas de impresión nuevas. Es una utilización demasiado amigable con el planeta, pero oye, es información sensible y altamente demandable. Sin embargo, es allí cuando todos se hacen los que no saben nada.

Conclusión

Después de vivir todo este tipo de situaciones, mi conclusión es que realmente las leyes y normativas de protección de datos no benefician mucho a la persona natural, al del común; más que todo, van centradas en pequeñas y grandes organizaciones que pueden darse el gusto de tener un bufete de abogados que responderá enérgicamente ante cualquier empleado o ex-empleado por alguna exposición de información que pueda ‘vulnerar’ sus valores corporativos. Suena demasiado injusto, pero es una cruel realidad que debe ser aceptada.

Y sí, para los más positivos, también la persona natural puede realizar los procesos correspondientes ante los entes indicados para evitar que este tipo de cosas sucedan, para hacer que se retire su información y, cómo no, obtener una indemnización por los daños y/o afectaciones ocurridas hacia su persona. Aunque seamos sinceros, al menos en Latinoamérica, es poco probable que suceda. Como mínimo, te convencerán para que se haga un ‘acuerdo’ o una especie de conciliación al respecto; de resto, es un proceso inasumible económicamente para la persona del común y en el que se tardará lo que no está escrito.

En una sociedad ideal, no tendríamos que estar luchando con procesos burocráticos cuando tenemos la razón.

Imagen sacada de acá.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *