Este es un artículo de opinión en el cual no busco desprestigiar la labor del gobierno actual, que de hecho ha sido la mejor que ha habido después de tanto tiempo. Tampoco es para desprestigiar la inquebrantable moral del Ejército Nacional en Colombia, nuestro ejército, del cual con orgullo viví en carne propia. Sin embargo, conociendo sus movimientos y estrategias, me entristece ver el actuar que ha tomado últimamente. ¿Dónde están? Y no me refiero precisamente a su presencia física, sino más bien a esa moral combatiente, a esa defensa sólida. ¿Dónde se quedó? Con los días, empiezo a creer que esos días de gloria quedaron atrás.
Un poco de contexto de lo que ha estado sucediendo en nuestro territorio (para quién me lee desde Antioquia/Colombia):
“Los titulares llevan años repitiéndose: grave crisis humanitaria en Ituango; desplazamiento masivo en Ituango; el conflicto se ensaña con Ituango o miles de familias son desplazadas. Son titulares que se siguen repitiendo ante la incapacidad del Estado para asumir un control real y efectivo en una región que otrora se pensó fundamental en el posconflicto. Muy poco va quedando de aquel famoso “laboratorio de paz” del norte antioqueño” Fuente.
Pese al discurso repetitivo del gobierno sobre la ‘paz total’ y los diversos proyectos que buscan el desarme de los diferentes grupos armados, parece que muchas de estas propuestas y promesas quedan en vano ante el incremento de la delincuencia y el terrorismo en la región. Justo después de la retirada de las FARC-EP de dichos territorios, se produjo este relevo que suponía algunos expertos en la materia. Diversos grupos que operan en la región tomaron esos lugares junto con sus rutas, siendo un reemplazo casi perfecto por el cual disputan entre sí, tanto paramilitares como disidencias de las FARC-EP; debido a ello la ola del terror donde se ven afectados inocentes de por medio.
“En la última semana, en Ituango, Colombia, se han registrado tres asesinatos de líderes sociales. Ludis Ester Jaramillo García, quien era una activa lideresa en la comunidad, fue sacada de su hogar y asesinada en público. Su cuerpo fue encontrado en un área abandonada. Este asesinato se suma a los de Erasmo Antonio Pino Giraldo y César Tapias, lo que ha generado zozobra en la comunidad. A pesar de la crisis humanitaria en la región, la manifestación convocada solo contó con la participación de diez personas debido al temor. Se pide al gobierno que tome medidas urgentes para evitar más homicidios en Ituango, ya que la situación ha empeorado en los últimos dos años, recordando los peores momentos del conflicto armado. Aunque las autoridades han desestimado la gravedad de la situación en el pasado, decenas de líderes sociales han sido asesinados y se han producido desplazamientos. Ituango es una zona donde operan diferentes grupos armados ilegales, lo que afecta gravemente a la población civil. Con la muerte de Ludis Jaramillo, el número de líderes sociales asesinados después del acuerdo de paz ha llegado a 1.500, por lo que es urgente atender el clamor de la comunidad de Ituango”. –Zozobra en Ituango: van tres líderes sociales asesinados en una semana.
Cómo no recordar las palabras del Sr. Presidente en campaña y en posesión, donde profesaba las políticas para la paz y afirmaba con intensidad que no podía morir ningún líder social más. Después de olas de líderes sociales muertos, era necesario y urgente tomar medidas para detener tales actos. De hecho, el país registraba 215 líderes sociales muertos para el año 2022, la cifra más alta desde 2016. Esta cifra nefasta no se puede repetir ni siquiera acercarse en números. Sería un fracaso de todo un gobierno que prometió un cambio a nivel general.
Y sino fuera suficiente estar perdiendo a su población y sus lideres sociales, tampoco pueden defenderse ellos mismos, sus militares:
“En un operativo contra las disidencias de las FARC en Ituango, dos soldados fueron asesinados el 18 de julio. La policía se enfrentó al frente 18 y 36 de la organización delincuencial mientras los militares recuperaban territorio. Durante una ceremonia de transmisión de mando, el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, solicitó al gobierno investigar los hechos y condenó los actos de violencia. En Ituango hay tensión debido a la guerra entre las disidencias y las autodefensas gaitanistas de Colombia (AGC) por el control del territorio. También se han enfrentado con líderes sociales y campesinos. La gobernación de Antioquia ofrece una recompensa de 100 millones de pesos por información sobre los delincuentes”. –Gobernador de Antioquia rechazó y solicitó al Gobierno investigar el asesinato de soldados en Ituango.
También hay pruebas de qué están reclutando menores, tal y cómo en el pasado, quebrantando los Derechos Humanos Internacionales, por lo que debe ser condenado fuertemente.
Se están aprovechando de la voluntad de paz
Como lo mencionó el gobernador de Antioquia, resalto sus palabras en este subtítulo y es que, he estado creyendo lo mismo por mucho tiempo… Los grupos al margen de la ley, o mejor dicho, terroristas en toda regla, llamémoslo por su nombre, se han estado aprovechando de la nobleza del gobierno para intensificar su presencia en el país, al mismo tiempo que se apropian de las antiguas rutas de los grupos desmovilizados, controlando por completo el negocio mientras se llenan los bolsillos y adquieren armamento y equipo de alta calidad. Esto dificulta aún más la labor de nuestro ejército para combatirlos, especialmente cuando cuentan con equipos heredados que claman por ser renovados… Es un cáncer que nos está devorando poco a poco y deben erradicarlo.
El Estado no puede ser pacífico mientras asesinan a su pueblo, a sus soldados. ¿Dónde están los equipos de élite? ¿Los comandos? ¿El armamento pesado? Seguimos liderando a nivel mundial como uno de los ejércitos mejor entrenados, con altas capacidades de reacción, y es por la gallardía que mantienen nuestros hombres. Y aunque suene muy tradicional, estas palabras, créanme que es decepcionante ver cómo los grupos al margen de la ley hacen de las suyas sin que haya ninguna repercusión real. ¡Ya basta! Es justo y necesario que nuestro Estado responda con todo lo que tiene. No nos podemos quedar con los brazos cruzados mientras nos cachetean una y otra vez. Es claro que la estrategia del gobierno es la auténtica fórmula del fracaso.
Saludos y gracias por leer, quedo atento a cualquier corrección o contribución.