El otro día después de salir muy cansado del trabajo, me senté fuera de casa analizando el horizonte y reflexionando acerca de todo lo que había sucedido durante este año. Realmente fue un año ‘mágico’, lleno de emociones y cómo no, un sinfín de decepciones, mismas de las que trato de no darle mucha importancia para así continuar con mi camino sin ningún tipo de remordimiento… aunque al final del día siempre regresan.
Un día cansado de los problemas de la casa decidí hacerme a un lado y explorar la vida de manera independiente. De esa forma logré vivir durante dos años sin mayores problemas. De hecho, creé que fueron los mejores momentos a solas, aunque sí habían noches en donde la soledad me torturaba y los pensamientos intrusivos abundaban. Creí que se iba a llegar la noche en que ellos ganarían y el amanecer jamás saldría, pero al final solo se necesitaba ‘querer estar’… Hasta que este año conocí a la que sería mi alma gemela 1.0, quién me convenció de restablecer los lazos familiares. Cuestión que logré y fue un avance en materia de sensibilidad y algo de tranquilidad. De hecho, volví a vivir junto a ellos para luego querer nuevamente largarme.
Conocí a muchas personas interesantes en el camino y dos mujeres que me marcaron bastante, de las que creí que serían mis almas gemelas, pero ni la 1.0 ni la 2.0 fueron lo que creí. Al fin de cuentas fueron de esas personas que te acompañan en el trayecto para luego quedarse en alguna parte del camino. Les agradezco que me dieron algunos de mis mejores días/noches, pero reprocho que también me brindaron algunos de los momentos más amargos que he podido tener en toda mi vida, mismos de los que me hicieron considerar seriamente mis decisiones al momento de elegir.
En sí, fue un año de demasiados cambios, algunos buenos y otros no tantos. Avancé considerablemente en mi cambio físico por el cual muchos comenzaron a tomarme en serio y admirarme. Al final, con tanta decepción amorosa, volví casi al punto inicial. Al menos espero que la memoria muscular sea efectiva para este año entrante.
Por otro lado, me echaron de mi empleo añorado por la relación que tuve con el alma gemela 2.0 para luego entrar al empleo donde estoy actualmente, que básicamente es como si me hubieran dado un ascenso, mejor cargo, mejor sueldo y mayor nivel. Por lo que en este caso el cambio fue para mejor, aunque perdí tranquilidad. A medida que gane estabilidad económica, perdí tranquilidad debido a las grandes sumas de responsabilidad.
Gracias a todo lo anterior, pude armarme de valor y decidir al fin invertir en mi medio de transporte, que para ser sinceros ha sido un gran alivio y a la misma vez un dolor de cabeza. De hecho, por eso mismo mi razón de no querer en su momento comprar un vehículo basada en que; mi ciudad no está diseñada para el incremento de vehículos en las calles (pasa en todas las grandes ciudades, al menos de LATAM), pocas mejoras viales, con cada día que pasa aumentan los atascos y el caos.
El movilizarse de un punto A a un punto B se convierte en una misión de supervivencia donde gana el que tenga mejores reflejos, demasiada imprudencia y asesinos al volante. No por nada en menos de tres meses conduciendo ya alguien me arrolló. Por suerte fueron más daños materiales que de integridad. De allí a que nuevamente considere si fue buena idea el haber tomado la decisión de adquirir un vehículo. Aunque en todas gana el SÍ, debido a que gracias al mismo, he podido escaparme de la ciudad para conocer lugares y personas interesantes, cambiar la rutina y ‘respirar’ algo diferente. De allí a que continúe con dicha elección.
El fin justifica los medios
Tal frase atribuida a filósofo italiano Nicolas Maquiavelo, da entender qué cuando el objetivo final es importante, cualquier medio para lograrlo es válido.
De acá a que, con todo lo que conte anteriormente, puedo reflexionar y concluir al día de hoy qué, es lo ideal, a pesar de tantas situaciones complejas y algunas situaciones controvertidas que tuve y que prefiero evitar, sucedieron por algo y en mayor o menor medida funcionaron, de lo contrario no estaría escribiendo el día de hoy tales letras, por ende, la motivación para todos es la misma: hay que continuar, no importa como o de que forma, la idea es lograrlo; por más obstáculos que salgan, nuestra misión es eludirlos.
Cómo buen seguidor de la teoria de Sisifo, de Camus, mis deseos y metas para el siguiente año 2025 es:
- Ser una mejor persona (en todos los sentidos).
- Continuar creciendo laboralmente.
- Comenzar nuevamente con mi cambio fisico y convertirme en esa máquina nihilista que siempre quise ser.
- Viajar cada vez más lejos junto a mis amigos y ser un mejor conductor.
- Sobrevivir a tanto caos.
- Sobrevivir a mi mismo.
- Escribir el doble de lo que he escrito este año y con mucha mejor calidad.
- Superar facilmente los obstaculos que se me viniene encima.
En sí y lo más importante, que todos los que me leen y rodean se les llene su vida de salud y prosperidad.
Agradezco a todos y cada una de las personas que en mis diferentes redes sociales, blog y correo siempre me han enviado ánimos, junto a excelentes dedicatorias, gracias por todo.