A pesar de que nuestra guerra interna ha estado altamente documentada, con sus posibles inicios en el año 1960 que se ha ido desarrollando asimétricamente hasta la actualidad (64 años, 3 meses y 11 días), parece que no hemos podido dar con la clave para lograr un cierre definitivo a la triste historia de Colombia. No bastaron 15 presidentes (contando al actual) para obtener el resultado que todos esperamos en materia de paz, aunque algunos lo intentaron y en su momento parecía ser el éxito, como lo fue el caso del expresidente Juan Manuel Santos, cuyo proceso de paz ha sido el más exitoso hasta la fecha (según registros nacionales e internacionales), aunque internamente no lo parece debido a que algunos de esos sectores “desmovilizados” volvieron a las armas.
Agrego: Aproximadamente 1,200 excombatientes de las FARC se han rearmado desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016. -Informe sobre presencia de grupos armados en territorios con Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET)/Indepaz.
En una breve investigación puedo arrojarles los siguientes datos acerca de los procesos de paz que se han hecho en Colombia durante el conflicto interno:
- Presidente: Belisario Betancur (1982-1986).
*Incluyó diálogos con las FARC, el M-19 y el EPL.*Resultó en un cese al fuego temporal, pero no logró un acuerdo final.
- Presidente: Virgilio Barco (1986-1990).
*Continuó los diálogos con las FARC y el M-19.
*Logró la desmovilización del M-19 en 1990.
- Presidente: César Gaviria (1990-1994).
*Incluyó diálogos con las FARC, el ELN y el EPL.
*Resultó en la desmovilización del EPL y parte del Quintín Lame.
- Presidente: Andrés Pastrana (1998-2002).
*Conocido como el “Proceso de Paz del Caguán”.
*Incluyó diálogos con las FARC, pero no logró un acuerdo final.
- Presidente: Juan Manuel Santos (2010-2016).
*Resultó en la firma del Acuerdo de Paz con las FARC en 2016.
*Fue el proceso de paz más exitoso hasta la fecha.
Según los datos recopilados de varias fuentes, el número de muertos en el conflicto interno en Colombia durante más de 60 años es el siguiente:
-Total de Muertos: Más de 262,000 muertos dejó el conflicto armado desde 1958 hasta 2018, según el Observatorio de Memoria y Conflicto del Centro Nacional de Memoria Histórica. De estos, 215,005 eran civiles y 46,813 eran combatientes.
–Responsables de las Muertes: Según la Comisión de la Verdad, los paramilitares fueron responsables del 51% de los homicidios, las FARC del 21%, y la Fuerza Pública del 10.1%
.-Desplazamiento por el Conflicto: Se estima que ha habido al menos 5.7 millones de víctimas de desplazamiento forzado a lo largo del conflicto armado en Colombia.
¿Por qué Colombia lleva más de 60 años de conflicto interno y parece no tener fin?
El conflicto interno en Colombia, lamentablemente, ha sido una triste realidad por más de 60 años, con profundas raíces históricas y sociales. Entre las posibles causas que han alimentado esta larga disputa interna, podemos mencionar la desigualdad social, la exclusión política, la falta de oportunidades económicas para las comunidades marginadas, la presencia de grupos armados y la lucha por el control de recursos naturales.
Sumado a ello, la débil presencia del Estado en vastas zonas del territorio nacional ha permitido que grupos armados ilegales, como las guerrillas y los paramilitares, llenen ese vacío, imponiendo su ley a través del terror y la intimidación. Esto ha erosionado gravemente la autoridad y la legitimidad del gobierno central, dificultando la implementación de políticas públicas efectivas.
La desigualdad social en Colombia ha creado una brecha importante entre las clases sociales, generando resentimiento y conflicto. La exclusión política de ciertos grupos étnicos y comunidades ha alimentado la sensación de injusticia y falta de representación en las decisiones del país.
Pero quizás el factor más corrosivo ha sido el narcotráfico, esa plaga que ha envenenado el alma de nuestra nación. Los cuantiosos recursos provenientes del tráfico de drogas han financiado y alimentado el conflicto, convirtiéndolo en un ciclo vicioso del que parece imposible escapar. Los grupos armados ilegales se han valido de estas ganancias ilícitas para adquirir armamento, reclutar combatientes y expandir su influencia.
Todo lo anterior escrito era para tener un poco de contexto e historia para entender qué es lo que ocurre en Colombia y por qué aún en la actualidad se siguen viendo ataques terroristas en ciertas zonas del país, cómo lo que paso en Cauca hace un par de días (fuentes 1, 2, 3, 4 ).
¿Posibles soluciones?
Leyendo a varios actores políticos, uno puede ver que sus charlas recaen, en su mayoría de los casos, en los siguientes temas: Reforma agraria y desarrollo económico (La desigualdad en la tenencia de la tierra ha sido un factor clave), Procesos de paz y reconciliación (Continuar los esfuerzos de paz y reconciliación es crucial), Participación política y social (Promover una mayor participación es fundamental).
Y sí… podrían ser posibles soluciones, pero son soluciones que requieren tiempo y trazabilidad. El problema es cuando cada vez que se cambia de gobierno, dicha continuidad de tales ideas cambia; entonces, el progreso obtenido en uno, se cae o vuelve a comenzar en el siguiente. Por lo que… aquí es cuando me coloco un poco más bélico y libero mi opinión no popular al respecto:
Mi clave e idea relevante es: luchar contra el narcotráfico y desatar todo el poder militar en las milicias. Al día de hoy, intento comprender cómo es que la fuerza pública actualmente ha estado tan sometida a los grupos armados. De hecho, es una de las cosas con las que más estoy en desacuerdo con el gobierno del Sr. Presidente Gustavo Petro, y es que habla demasiado de paz, de perdón y reconciliación. Pero no podemos dejar que nuestras buenas ideas nos condenen a la muerte, mientras nosotros, como población civil, y la fuerza pública, asumamos el rol de «monjes» a su vez de que los subversivos nos ataquen suciamente para ganar terreno. No vamos a ir a ningún lugar; de hecho, estaremos cediendo lo nuestro y quedaremos como unos viles sumisos.
Las fuerzas militares deben tener más garantías para cumplir su misión institucional. Me avergüenza ver algunos videos de pruebas en los que se observa a comandantes/voceros milicianos delimitando la operación del Ejército. ¿Cómo es eso posible? ¿A quién cumple órdenes el Ejército y por qué se le ponen restricciones? Esos tratados internacionales de derechos humanos han atado de manos y pies a las operaciones de la fuerza pública, haciendo que parezca un hazmerreír internacionalmente en cuanto las guerrillas intentan medir sus fuerzas.
Nuestras fuerzas militares se han ganado el respeto internacionalmente por su alto nivel de entrenamiento. Una prueba de ello son las competiciones de “Fuerzas Comando” en las que, de 17 veces que se han celebrado, Colombia ha ganado en 11, con la participación de 21 países (representantes). ¿Entonces por qué no asumir el rol de ataque? Ya es hora de que dejemos de jugar tratando de «comprender» a dichos grupos y coloquemos todo el material bélico en pro de la extinción de estos grupos armados… siempre cuando debato con amigos sobre este tema, mi expresión es la misma: “El Estado Colombiano no ha acabado con los grupos al margen de la ley es porque no quiere”. Tenemos con qué, y si no, repasamos la historia del ex-presidente Álvaro Uribe Vélez, en la que durante su mandato estos grupos presentaron la mayor cantidad de deserciones. En serio, le tenían miedo al Ejército porque aún hoy en día hay cuerpos que ni aparecen. Y como todo en la historia, hay partes malas y buenas; en este caso, no se puede defender el tema de los falsos positivos, un terrible punto en esa historia que no se puede repetir… y bueno, en algún momento leí por ahí sobre las guerras y sus daños colaterales, imposible de escapar de ello.
El caso es y, en resumidas cuentas, bélicamente tenemos que responder con todo nuestro material y entrenamiento (para eso es que sirven tantas divisiones de grupos especiales). Y si no podemos solos, solicitar apoyo internacional, como en el pasado, que ya ha intervenido EE. UU. Y sí, puede no ser una opinión popular (lo he recalcado desde el principio), y aquí es cuando les pregunto: ¿Qué harían ustedes? ¿Cuál es la mejor solución? Les leo.
Muchas gracias por leer y quedo atento a cualquier corrección o aporte; saludos.
PD: Este tipo de artículos me costaría la vida en muchas partes de mi país, por lo que, es crucial que quienes me lean desde afuera entiendan esta exposición de palabras, qué no es nada sencillo, aún y escondiéndome detrás de un seudónimo.
Dato curioso; el hombre que encabeza la fotografía fue mi comandante siendo Teniente Coronel en un grupo de Caballería, Sr. Pachón ¡un comando! Me surgieron recuerdos al ver la fotografía en la red.