Hola de nuevo, está vez les escribo acerca de una situación muy general que le está dando la vuelta al mundo y es la crisis diplomática que está viviendo Rusia, USA, Ucrania (por no decir todo el mundo) ya todos están involucrados en la gran guerra, que recordando bien sabemos que una guerra no es sólo militarmente hablando sino que se expresan de muchas más formas y una de ellas es la desinformación, guerra cibernética y un largo etc, que es de lo que hemos podido ver a lo largo de estos días, en sí, una guerra mediática.
El título de este artículo puede sorprender a más de uno, aunque es una realidad que cada vez es más evidente y es el tema de sentirse al borde del FIN DEL MUNDO gracias a una sucesión de hechos catastróficos como lo es ahora, aunque es bien sabido que NO somos los únicos bajo dichas crisis y con la mentalidad de que todo terminara… hemos podido observan algún que otro escándalo mundial frente a lo sucedido y es que, tiene sentido, salir de una pandemia casi mortal (cosa que aun no superamos al completo) para sumirnos en la guerra y es que, parece que lo que inicio entre Rusia y Ucrania fue la gota que rebasó el vaso por completo.
Un video al respecto:
Según parece esto va para largo y es que, apenas Rusia “invadió” Ucrania no tardaron en reaccionar las potencias del mundo y otras que bueno, nada que ver (cómo lo fue la de Colombia con su payaso presidente que NO pudo frenar la guerra interna para querer sumarse a una guerra que no nos pertenece, un payaso por completo) el caso es que muchas reaccionaron agresivamente pausando la economía rusa y al parecer eso les dolió bastante, tanto que Putin expreso no temer a reaccionar con una guerra nuclear ¿real? Muchos piensan que realmente el presidente de rusia se ha dado un tremendo disparo en el pie, según ellos porque Putin sabía lo que poseía su potencia y de lo que era capaz de hacer, pero no hasta que punto podría reaccionar el mundo y parar dicha economía … al parecer tocará ver en que se desarrolla todo esto.
Les dejo unos vídeos de ilustración al respecto por parte de expertos en la materia:
Fuera de la historia y el movimiento político que hay acerca de esta guerra, lo que realmente me inspiro a escribir sobre ella fue el factor MIEDO y es que a lo largo de los años hemos visto que el miedo es un gran factor, cuando este se mantiene como base para una causa social, una razón ideológica o lo que sea, sus seguidores terminaran yéndose hacia lo irracional, al contrario de evolucionar y unirse para mejorar “un método” de superación, hacen todo lo contrario obsesionándose con tener la mínima sensación de control, aunque para obtener dicha sensación terminen dañando sus objetivos globales. Y es que simplificando… las personas que creen que estamos ante el fin inminente hacen tan bien su papel de hacer creer que el mundo está demasiado jodido por medio del miedo que convencen a la multitud para renunciar a una “posibilidad”, ya hay gente que expresa ¿para que mantenemos lazos de paz? ¿para que rescatar algo que va a terminar? Y etc, una verdadera paradoja.
Eso es el Decadentismo, dicha corriente filosófica en donde surge como un medio para expresar la agonía por la que está pasando la vida humana, una que al final de cuentas nos está llevando al final de todo, dicha tendencia genera la sensación de que todo está perdido, por lo tanto sus seguidores no se centran en mejorar o intervenir para corregir algo sino más bien todo lo contrario, ya sea un apocalipsis, una purga o la extinción por completo. Finalmente se esperaría que se terminara el mundo y con ello la decadencia que lo acompaña, por ello observamos movimientos esperando al gran “líder” una persona carismática que los guía hace lo que les hace creer “qué es correcto”. Fanatismo y radicalización es lo más suma a este miedo por el Fin del mundo, algo inminente que no se podrá parar y mientras unos corren de él, otros le echan más leña al fuego para culminar y acelerar esa fatalidad.
La innegable realidad es que nosotros, las personas comunes no tenemos control de lo que sucede el mundo, nuestro mundo donde estamos a merced de mercados, empresas, corporaciones, gobiernos y un largo etc. Al final de todo, es darse cuenta, es saber y sentir en carne propia que toda está sensación de control sobre nuestras miserables vidas, que la sensación de vivir en una normalidad “cotidiana” , que toda la realidad es frágil y a ello le llamo la tesis de las vidas a la deriva porque en un océano de peligros e incertidumbres navegamos en un bote en donde no hay velas, no hay motores, ni mucho menos remos… con suerte hmmm no habrá tempestades, pero ¿si llega una tormenta? ¿qué hacemos? ¿cómo afrontar ese miedo al fin? Ese miedo de las posibles tormentas que puedan azotar a nuestro bote en el transcurso de aquel caótico océano lleno de incertidumbres, miserias y decadencia.
Quizás y solo quizás nos queda el humor, ridiculizar aquel momento por el que pasamos o manejar de forma idónea el “positivismo” sabemos que es falso, pero toca afrontarlo o tratar de controlarlo. También puede ser la búsqueda de la “sensación de control” ¡Ojo! Sensación, nada más alejado de la realidad.
Llegado a este punto es donde podamos caer en la atracción filosófica de Albert Camus y es el absurdo, siendo la más importante para “poder” solucionar dichas barreras mencionadas anteriormente en el artículo o superar dichos acontecimientos ¿cómo? Aceptar, aunque en efecto no tengamos tanto control sobre nuestra vida. Todo eso a lo que le llamamos “normalidad” es más que todo una frágil realidad que en cualquier momento se puede romper en pedazos. Es por ello que las personas que practican el absurdo pueden llegar a caer en el Nihilismo y pues, no directamente pasan a serlo, pero evitar “ensuciarse” de eso que nos hace mal es mejor, sabiendo que aunque lo hagamos NADA va a cambiar, va a seguir su rumbo, por lo tanto evitarlo nos dejara menos mal (espero hacerme entender).
“Comprendo porque las doctrinas que me explican todo también me debilitan al mismo tiempo, si me libran del peso de mi propia vida y sin embargo siguen siendo necesario que lo lleve yo solo”. Albert Camus.
Bueno, acá termina está analogía y espero que les haya gustado después de tanto tiempo que llevo sin escribir algo similar… como siempre espero, quisiera leer lo que opinan ustedes al respecto en la sesión de comentarios, en mi caso, escribo esto esperando a que suceda cualquier posibilidad. Saludos.