Jamás creí poder dar un paso adelante en escribir este artículo debido a que mezcla dos aspectos de mi vida muy particulares, en los que claramente se evidencia una gran dualidad. ¿De qué se trata? Pues, a secas (soy malo con las introducciones), mi cyberactivismo en la red me lleva a oponerme rotundamente a cualquier sistema de vigilancia. En este caso, la videovigilancia forma parte de ese gran sistema del Gran Hermano en el que nos hemos convertido. Pero luego está mi vida privada, en donde paradójicamente trabajo con cámaras 24/7 y es mi área en la que logré posicionarme.
Un sistema de videovigilancia es una red de cámaras y equipos conectados que trabajan juntos para grabar, monitorear y registrar eventos en tiempo real o previamente grabados. Este tipo de sistema es utilizado en una variedad de contextos, desde el hogar hasta la industria, la seguridad pública y las instalaciones comerciales.
Existen varios tipos de sistemas de videovigilancia, cada uno con características y capacidades específicas. Algunos de los más comunes incluyen:
- Sistemas de videovigilancia analógicos: Estos sistemas usan cintas de video para grabar eventos. Aunque son más económicos, también son más propensos a fallar y la reproducción/extracción del vídeo es mucho más compleja.
- Sistemas de videovigilancia digitales: Estos sistemas emplean discos duros o servidores para grabar eventos. Permiten la reproducción de grabaciones y ofrecen una mayor capacidad de almacenamiento que los sistemas analógicos.
- Sistemas de videovigilancia en la nube: Estos sistemas graban eventos y los almacenan en la nube. Permiten el acceso remoto a las grabaciones y la posibilidad de compartirlas con otras personas.
La finalidad principal de un sistema de videovigilancia es proporcionar seguridad y protección. Al grabar eventos, los sistemas de videovigilancia pueden ayudar a prevenir y resolver incidentes de seguridad, proporcionar pruebas en caso de un incidente y asegurar que las instalaciones estén seguras para el personal y los visitantes. Además, algunas empresas utilizan sistemas de videovigilancia para monitorear el rendimiento del personal y prevenir el fraude.
El mundo, cuando decidimos adentrarnos en él, nos espera con millones de ojos digitales: cámaras, en todas partes, propiedad tanto de gobiernos como de entidades privadas. Prácticamente, todos los estados tienen alguna entidad que recopila datos de matrículas de millones de automóviles, estacionados o en la carretera, todos los días. Mientras tanto, todo tipo de cámaras (desde la policía hasta las aerolíneas , los minoristas y los timbres de las puertas de tus vecinos ) te vigilan cada vez que sales, y personas sin escrúpulos ofrecen servicios de reconocimiento facial con cualquier material que tengan en sus manos.
Lo malo, lo bueno y posibles soluciones
- Lo malo: es evidente, el modelo de videovigilancia tiene un grave problema con la privacidad. Y es que, con la evolución de la tecnología, tu cara no solo es observada sino recopilada por unos cuantos, y también puede ser parte del entrenamiento o reconocimiento en alguna base de datos específica de reconocimiento facial, en su mayoría en espacios controlados por el gobierno, que es donde tienen permisos de licencia para poder utilizar dichas tecnologías. Ahora bien, los sistemas informáticos siempre serán vulnerables y basta con hacer una pequeña búsqueda en el sitio Shodan para ver una infinidad de cámaras y sistemas similares accesibles debido a alguna vulnerabilidad. Por lo tanto, eso es un problema aún mayor, una brecha que rompe cualquier normativa de protección de datos.
- Lo bueno: No todo es malo y eso lo demuestra el informe de crecimiento en el que se espera que aumente a una tasa compuesta anual (CAGR) del 9,31% en los próximos 5 años. Esto indica un crecimiento constante y un aumento en la demanda de estos sistemas. En el mismo informe enlazado se describen los sectores en los que la videovigilancia ha cumplido un papel fundamental, siendo el sector financiero el más importante, en el que se evitan fraudes, hurtos y demás modalidades de robos. También jugó un papel relevante durante la pandemia, en la que se utilizaron para monitorear los signos vitales de los pacientes de forma remota y así reducir el riesgo de contagio. Por otro lado, es lo que ha fortalecido el concepto de “ciudad inteligente”, siendo China un modelo de ello, ya que cumple con su estandarización para aumentar la eficiencia y seguridad del país.
- Posibles soluciones: Con el tiempo, han empezado a surgir múltiples soluciones para escapar del gran ojo que todo lo ve. Aunque no son soluciones baratas, pueden ser el principio de un mercado que, con los días, podrá extenderse y será más fácil su adopción. De ejemplo, hoy voy a mencionarles un par de alternativas que tengo a mano: Reflectacles. Básicamente, los reflectores están diseñados para engañar a los sistemas de reconocimiento facial que utilizan infrarrojos para la iluminación y a los sistemas que utilizan mapeo o escaneo infrarrojo 3D. Se emplean dos tecnologías analógicas para mantener su privacidad: lentes de bloqueo de infrarrojos y marcos reflectantes. Cada diseño tiene su propio propósito (iré anexando imágenes).
Otra es una prenda de vestir qué confunde a las inteligencias artificiales que etiquetan a las personas y sus conductas, tal y cuál expresa su equipo: “No tenemos forma de protegernos de la explotación de la información. Así que necesitamos camuflaje. Necesitamos prendas de vestir para vivir en una sociedad que se aprovecha de nuestra identidad.– Unlabeled”.
En última instancia, la clave para abordar este dilema radica en el equilibrio. Es necesario aprovechar los beneficios de la tecnología de vigilancia mientras se protegen nuestras privacidades y se promueve la transparencia. Como ciudadanos, tenemos el deber de participar en este debate y exigir cambios que protejan nuestros derechos.
En este sentido, la dualidad en este tema no es simplemente una mala noticia, sino también una oportunidad. Podemos usar esta dualidad como un catalizador para fomentar el cambio y la innovación. A medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más digital, podemos utilizar esta dualidad para impulsar la creación de tecnologías y prácticas que respeten nuestra privacidad y seguridad al mismo tiempo. Por ejemplo, el sistema Privid, desarrollado por investigadores de la MIT, permite a los analistas examinar videos para datos estadísticos sin revelar información identificable personalmente.
En fin… Si llegaste hasta el final quisiera leer un poco de tu opinión al respecto, por favor haga su aporte/corrección; saludos.
Muy bueno tu artículo y estoy de acuerdo en su mayoría. No estoy de acuerdo en la vigilancia al trabajador continua. Pero el empresario siempre tiene excusas para que se acepte esta vigilancia: “es por si le pasa algo (ataque al corazón, ataque externo, etc)” entre otras.
Tampoco veo que la gente pueda adoptar trajes o medidas en su físico para evitar esto, se quedaría todo el mundo mirándote si vas así por la calle. Es solo hace poco que salí con guantes celestes desde el trabajo y me metí en un supermercado y atraía todas las miradas xD
Pero es cierto como bien dices que sirven también y de mucho en otras áreas, y los que trabajamos en ello conocemos esto bien.
Estoy de acuerdo contigo.
Y pues, con la vestimenta, es portar ciertas prendas que no sean tan llamativas para que en la calle no seas grabado por donde cruces, al menos, de los proyectos que vi en ropa, el que pasa más bajo perfil es el tipo “pixelado” casi cómo la ropa de Ejército y mira que hay civiles que también visten camuflados, entonces cobra un poco más de sentido dicha técnica.