Canciones para quienes ya no pueden volver

Hace poco me sumergí en la historia de Pink Floyd, pero más que en la banda, me quedé atrapado en la vida de uno de sus integrantes más enigmáticos: Syd Barrett. No porque fuera el “líder perdido” o el “genio trágico” que tantos documentales insisten en mostrar, sino porque en su historia encontré algo que muchas veces se siente más cercano de lo que uno quisiera: esa transformación dolorosa de alguien que amamos en una especie de fantasma.

No es necesario ser una estrella de rock para entender esa metamorfosis. A veces, basta mirar a nuestro alrededor, recordar a esas personas que fueron luz en algún momento de nuestras vidas, y darnos cuenta de que hoy apenas son sombras de lo que fueron. Gente que sigue aquí, en cuerpo, pero cuya alma parece haberse perdido en un rincón inaccesible.

Cuando escucho “Wish You Were Here“, no puedo evitar sentir esa punzada en el pecho. No se trata solo de extrañar a alguien que está lejos, sino de llorar por alguien que está aquí pero que, en esencia, ya no existe. Y duele. Duele de una manera difusa, como una cicatriz que uno se rasca en automático sin darse cuenta, hasta que vuelve a sangrar.

Syd Barrett era ese amigo que todos tuvimos o podríamos tener: lleno de ideas, de energía, de esa chispa incontrolable que iluminaba todo a su alrededor. Y de pronto… se fue. No en un acto dramático, sino en un silencioso desvanecerse. Un día está, riendo, creando, siendo. Al siguiente, está pero no está. Mira, pero sus ojos atraviesan la habitación como si buscara otra realidad.

La historia de Barrett es, en muchos sentidos, la historia de la pérdida de la esencia. Y esa pérdida, esa transformación brutal, es quizás uno de los mayores misterios de la vida. ¿Cómo algo tan fundamental puede esfumarse? ¿Cómo podemos amar tanto a una versión de alguien que ya no existe?

A veces pienso que el cambio es inevitable. Que todos, de alguna manera, estamos destinados a convertirnos en versiones distorsionadas de nosotros mismos. Pero hay cambios que son tan radicales que no pueden ser entendidos, solo llorados. Como una melodía que, de repente, se queda sin notas, dejando solo un eco lejano.

Y entonces llega la nostalgia, esa vieja amiga traicionera. Porque no solo extrañamos a la persona, extrañamos la versión de nosotros mismos que existía junto a ellos. Extrañamos las conversaciones que ya no tienen sentido, las miradas que ya no encuentran su reflejo. Extrañamos la inocencia de pensar que algunas cosas son eternas.

“Wish You Were Here” no es solo una canción para un amigo perdido. Es un lamento universal por todo lo que hemos perdido sin darnos cuenta. Por las sonrisas que ya no brillan igual. Por las almas que, aunque sigan caminando junto a nosotros, ya habitan otros mundos.

Pienso en Syd, en sus últimos años, apartado, pintando cuadros que destruía antes de terminar. Y me pregunto cuántos Syds hemos conocido en nuestras propias vidas. Cuántos seres luminosos hemos visto apagarse, cuántas veces hemos tenido que seguir amando a la memoria de alguien, porque la persona que conocimos ya no está.

Tal vez, en el fondo, amar también sea eso: aprender a querer a los fantasmas. A esas versiones pasadas que siguen caminando en nuestro recuerdo, aunque el presente nos duela. Aprender a decir “desearía que estuvieras aquí”, no solo a quien se ha ido, sino también a quien, de alguna manera, ya no puede volver.

Y a pesar de todo, sigo poniendo ese disco, sigo dejando que cada nota me atraviese, sigo mirando hacia atrás buscando esos pedazos de alma que el tiempo se llevó. Porque en esa búsqueda, en esa herida abierta, también hay vida.

Quizás por eso seguimos cantando. Quizás por eso seguimos recordando.


PD: A veces escribo para no olvidar.

Este texto nace de una tarde cualquiera en la que me topé, casi sin querer, con la historia de Syd Barrett. No es solo sobre él; es sobre todos aquellos que, en algún momento de nuestras vidas, vimos apagarse sin poder hacer nada. Escribí esto porque creo que, de alguna forma, recordar también es una forma de cuidar. Aunque sea solo en la memoria, aunque sea solo en una canción.

man, rain, snow rain, alone, cigarette, hat, silhouette, lonely, mood, male, person, depression, nature, sad, thoughtful, hd wallpaper, composing, direction of view, weather, 4k wallpaper
Imagen sacada directamente desde el banco de fotos de WordPress.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *