Últimamente me estoy perdiendo más de la cuenta, es verdad, y bueno, pocas señales de vida he dado en las diferentes redes que suelo actualizar (básicamente Mastodon y el blog). ¿Qué sucede? Realmente, quienes siguen mis publicaciones se habrán dado cuenta y es todo a raíz de mi nueva labor de hace unos meses… rápidamente se me ha caído la sonrisa.
Generalmente, evito siempre dar a conocer mi labor debido a que hay muchos curiosos que pueden llegar a tocar esa parte tan “privada”. También porque, cuando siento “confianza” con algún tipo de persona (de mi circulo laboral), suelo darle a conocer mis memorias, o sea, todo lo que produzco en este blog y el gran mundo que hay afuera referente a la comunidad de GNU/Linux, de la privacidad y seguridad en línea, que para personas no técnicas siempre resulta alucinante. Aunque… así como alucinan, puede que en algún momento esas mismas personas utilicen dicha información en mi contra, y más conociéndome físicamente.
La cuestión es que vengo trabajando hace 5 meses, más o menos, para una central de operaciones en una empresa de seguridad privada, y lo que en su momento creí una buena oportunidad, ahora lo he empezado a considerar como una opción no tan “emocionante”. Quizás hubiera cambiado de parecer si hubiera conocido lo que ya sé; básicamente, fue durante los primeros días ver una empresa pequeña con algo de “armonía” hasta que conoces la pequeña jerarquía, y con pequeña me refiero a no más de 3 personas (gerente y sus papás, fundadores de la empresa), y luego, como jefes directos, otras 3 personas que desempeñaban cargos que seguían la línea de mando. ¿Cómo se observan? Es difícil describirlo, pero hay una palabra que los encierra a todos ellos y es: ego.
Realmente, después de que comencé a trabajar sin guías (los primeros 3 días es con guía que te enseñan las funciones del puesto), me di cuenta del desorden tan grande que había en una empresa tan pequeña. Realmente, se controlan alrededor de 80 puestos de trabajo en donde brindamos nuestro servicio de seguridad, pero en su gran mayoría son zonas demasiado conflictivas y, peor aún, en dicha empresa los roles y áreas están muy mal distribuidos. Hay funciones de las que dudas claramente que te pertenezcan; simplemente repartieron funciones como lo creyeron más conveniente y sí, en mi área, por lo general, es la más cargada. Prácticamente, en un día normal suelo coger el celular por lo menos 1 hora, y es mientras estoy almorzando. De resto, es coordinando operaciones y realizando funciones que, a la larga, te preguntas: ¿Qué tanto sentido tiene esto?
Estoy cansado jefe
Me acuerdo cuando se hizo viral el meme de “Estoy cansado, jefe”, en referencia a un objeto o una prenda de vestir que se encontraba en las últimas en cuestión de uso, y aun así la gente del común lo explotaba con tal de no reemplazar y/o renovar. De esa forma me siento. Actualmente tengo una programación de “hasta que el cuerpo aguante”, resumiendo bastante. Desde diciembre de 2024 vengo trabajando quincenas con un solo descanso, siendo 15 días de día o quince días de noche (depende de la rotación que me toque). ¿Y eso por qué? Básicamente, por lo que he descrito más arriba: el ego.
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Cuando comencé, lo hice con un grupo de trabajo ya conformado, gente muy estable y que llevaba bastante tiempo en el cargo. Eso me generó, de cierta forma, confianza, pero… no todo podía ser tan “bello”. A la semana después, uno de los cargos que hacía de jefe directo cambió y, con ello, todo se vino abajo. De allí pude observar a la persona más carente de sentido, educación y un sinfín de valores. Por tal situación, dos de esos compañeros se fueron; no toleraron que su tiempo en esa empresa no fuera tomado en cuenta y que, de la nada, llegara un jefe nuevo que quisiera ordenar a todo el mundo de manera autoritaria. Ellos se fueron y quedé yo.
Después de quedarme solo, sentí que esto debía convertirlo en un reto personal y que iba a tratar de durar todo lo que pudiera, con tal de adquirir la mayor cantidad de experiencia en dicho cargo (mínimo un año de experiencia) para poder desempeñar dicha ocupación sin problemas en otra empresa de mayor calidad. Por lo que tengo que aguantar lo más que pueda, torturarme hasta más no poder con tal de forjar esa maldita hoja de vida, que al momento de que me vaya, pueda justificar cada maldito minuto que pasé en dicho lugar. ¿Tan malo es? Pues, básicamente, sus dueños se creen sangre azul; al parecer, nunca tuvieron carencias de dinero, por lo que se sienten en la capacidad de restregarles a todos sus poderes y, en caso de no estar de acuerdo con ellos, a la calle te tienes que ir. Y de ello tengo una amarga historia con uno de mis compañeros que se fue. Les resumo: estábamos pasando por la peor época en diciembre, renuncias por todos lados, no teníamos personal con quién cubrir todos los puestos, todos los días había novedades en los diferentes puntos de la ciudad (robos, suicidios, daños, intrusiones y un largo etcétera). Esto nos mantenía estresados todo el tiempo; ya no daban ni ganas de llegar al trabajo. Con solo decirles que, mientras todos se deseaban el feliz año, yo laboraba y cargado de trabajo…
El tema es que uno de los compañeros ya venía enfrentándose con el nuevo jefe directo, por lo que se aburrió rápido y prefirió hacerse a un lado. Pero él fue consciente de nuestro recargo e hizo una carta de renuncia con días de antelación, especificando los días que finalmente iba a laborar mientras conseguían a alguien. ¿Se pueden imaginar qué hicieron? Siendo las 12:00 AM, enviaron a alguien para que lo retiraran de las instalaciones. Como un perro, lo sacaron de su puesto de trabajo, pidiéndole que hasta ahí había llegado su labor en la empresa. Eso me decepcionó demasiado, pero no tuve el orgullo y/o valentía de irme; simplemente me quedé callado… sí, cómplice y cobarde.
Perdemos la dignidad con tal de no salir de nuestra zona de confort
La dignidad es un concepto que se refiere al valor intrínseco y al respeto que merece cada ser humano por el simple hecho de ser humano. Implica la idea de que todas las personas tienen derechos y deben ser tratadas con respeto, independientemente de su origen, condición social, creencias o cualquier otra característica.
A pesar de que se cuentan con respaldos de todas las índoles por parte del Estado hacia los trabajadores, como leyes, regulaciones, asociaciones vigilantes y un largo etcétera, aún existen empresas que, a pesar de la cantidad de entes reguladores, omiten total y absolutamente… tantas cosas que suceden y nadie ve nada, nadie escucha nada, nadie siente nada y, finalmente, no saben qué es lo que ocurre en dichos lugares, vulnerando de todas las formas posibles al trabajador. Yo antes me creía de lo más sindicalista, pero luego llegué a este lugar y me di cuenta de que oponerme no me iba a servir de nada, simplemente porque ya había visto los casos en los que, el que se opina siempre termina mal. Por lo que, ¿para qué me iba a sacrificar por tan poco? ¿Simplemente por orgullo? No lo vale.
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Ahora estoy en la etapa en que estoy tratando de estresarme lo menos posible, por más obstáculos que se me crucen. Trato de tomar todo con “delicadeza”, tratando cada tema con seriedad, sin prisas, de la forma en que mi tiempo y las herramientas que me proporcionen formen ese “equilibrio”. Porque también hay algo que agregar: piden mucho para tan poco; equipos de trabajo y materiales ya en lo último, el salario no es la gran cosa y, bueno, parece que no se justifica por todo lo que se hace… Al fin me siento como esas personas que se venden como “el trabajador ideal”, de que no todo tiene que ser dinero, que también se trabaja por y para la experiencia, ja ja.
Si me leen comentándoles todas estas situaciones, es para que me tengan un poco de paciencia y entiendan el porqué estoy tan desaparecido. Básicamente, es porque apenas tengo tiempo para respirar; trabajo 24/7 y lo más triste es que, para esta época, el mundo de la tecnología, la privacidad y la seguridad en línea se han estado moviendo demasiado. Los he leído sobre las menciones que me han hecho, los correos que han enviado y las publicaciones del momento, pero no doy para responder. Llego, usualmente, tan cansado a casa después de estar al frente de 3 monitores grandísimos, que mis ojos no quieren que les ponga nada luminoso enfrente, por lo que me encierro en mi oscura pieza a reflexionar sobre lo que hice en el día y lo que haré en el siguiente para luego dormir.
Una aburrida vida, lo sé… y tan predecible que es; he subido de peso, no tengo vida social, a duras penas salgo de casa y de seguro me sucederán cosas nada bonitas que coinciden con dicho modelo de vida, un fiasco. Pero, como les conté líneas arriba: mi plan es aguantar todo lo que pueda e irme como un campeón. Aún sé que puedo, lo sé, AUNQUE, ¿a qué costo? Sus conclusiones podrán sacar.
Gracias por leer, quedo atento a cualquier contribución; saludos.