En un mundo donde la información abrumadora lucha por capturar nuestra atención, el minimalismo web emerge como un soplo de aire fresco. Este enfoque revolucionario en el diseño de páginas nos invita a desterrar la complejidad innecesaria y abrazar la belleza y funcionalidad en su máxima expresión.

Imagina entrar a una página web y ser transportado a un oasis de tranquilidad visual. Cada elemento, cada línea y cada color están cuidadosamente seleccionados para otorgar una experiencia fluida y agradable. El minimalismo web nos invita a despojarnos de las distracciones sofocantes y a abrazar la esencia misma de la página.

Es más que una tendencia estética, es una filosofía que nos impulsa a reflexionar sobre nuestro uso de la tecnología. En un mundo donde la información fluye incesantemente, el minimalismo digital nos invita a cuestionar ¿cuánto es realmente necesario? Nos desafía a priorizar lo esencial y a liberarnos de las cadenas de la sobreestimulación.

En la simplicidad de una página minimalista, encontramos una poderosa inspiración. Cada elemento tiene un propósito claro, cada línea está cargada de significado. En un mundo tumultuoso, el minimalismo web nos enseña a encontrar la calma en el espacio en blanco, a apreciar el vacío como una oportunidad para respirar y absorber la información de manera consciente.

En este universo digital abrumador, donde el caos y la saturación parecen dominantes, adoptar el minimalismo web es como abrir una ventana hacia un nuevo mundo. Es una invitación a disfrutar de la simpleza, a reducir el ruido visual y a sentir el impacto de lo básico en su mayor esplendor.

El minimalismo web nos recuerda que la verdadera elegancia no se encuentra en los excesos, sino en la capacidad de comunicar eficientemente un mensaje con elegancia y claridad. Nos desafía a una danza delicada entre lo esencial y lo superfluo, a encontrar el equilibrio perfecto que transmita confianza y satisfacción al usuario.

Y sí… aunque todo esto suene muy hippie, muy idealista o cómo lo quieras llamar, es una cuestión que se está desvaneciendo con el tiempo. De hecho, en Mastodon me atreví a hacer una afirmación de la cual creo que es muy posible y es, qué “En un futuro, cuando las velocidades de internet se dupliquen y nuestras prestaciones tecnológicas mejoren, no me extrañaría para nada que sea común ver páginas que pesen alrededor de 1 GB”, lo cual es una locura de por sí.

De forma muy graciosa alguien aporto lo siguiente a la publicación (anexo imagen).

Los problemas de la web moderna son evidentes, tenemos demasiada basura que antes, al comienzo de todo no poseíamos, pero que se fue «normalizando» hinchando las páginas y sitios con contenido y/o funcionalidades innecesarias, causando una saturación en los ordenadores con prestaciones más modestas y colocándonos en el ojo del huracán con sus infinidades de rastreadores; es este un resumen de dichos males de la web moderna. Si quieres leer algo al respecto de manera clara y resumida, recomiendo leer el siguiente texto escrito por un amigo de la red: Problemas de la Web moderna y Minimalismo digital.

PD: Aprovecho para rendir tributo a dicho autor en este espacio, por lo que veo cumplió lo que alguna vez comento, irse de la red… lo que queda son copias digitales que se conservan en Internet Archive; gracias por todo.

Debemos ser el ejemplo

Hasta aquí, mi preocupación es clara, aunque sé que algunos dirán “¡qué ironía! Utilizando uno de los CMS más pesados del mercado“, lo cual es cierto. Eso sí, con el tiempo he ido mejorando las prestaciones de mi blog, compactándolo a un punto en el que sea rápido, seguro y funcional. Es de admitir que no hago milagros, pero es un trabajo honesto. Siguiendo el análisis del sitio GTmetrix, obtengo una puntuación de A, centrándome específicamente en el peso del sitio en alrededor de 2.89 MB, que se puede dividir en: 2.57% en imágenes, 3.3% hoja de estilo CSS, 3.2% fuentes, 2.9% JavaScript, 1.5% HTML.

¿Se podría mejorar? Claro que sí, se podría hacer mucho más esfuerzo al respecto, aunque en mi límite de conocimiento ha sido suficiente, orgullosamente manteniéndome al margen sin publicidad y rastreadores, aunque con la ambición de no superar dicho margen, ya que como comentaban en Xataka:

“Una página web ocupa ya de media 2,3 MB, que es básicamente lo mismo que ocupa un ejecutable (la imagen comprimida de instalación, cierto) de la versión shareware del legendario videojuego Doom”.

Y es preocupante, siendo así ya mi blog supero a Doom :(.

Debido a todo esto es que los gigantes tecnológicos salen con sus «soluciones» que más que una solución, es una herramienta para adoptar, extender y extinguir, enlazando un gran artículo como ejemplo de la tecnología AMP de Google qué efectivamente es un mal en donde se puede ver dicha práctica.

¿La solución?

La web moderna se encuentra sumergida en un mar de contenido innecesario y superfluo, obstaculizando la búsqueda de la esencia pura de la información. Sin embargo, existe una solución filosófica que puede guiar el camino hacia la simplicidad y la minimalidad que tanto anhelamos. Inspirados en los principios del minimalismo zen, podemos abrazar la idea de que “menos es más”. Mediante la eliminación de elementos superfluos y la depuración de las páginas web, podemos lograr que estas sean más livianas y se enfoquen en lo esencial. Adoptando la filosofía del diseño limpio y elegante, podremos gestar una nueva era en la experiencia del usuario, donde la claridad y la funcionalidad sean los pilares fundamentales. De esta manera, la web será un espacio donde la información fluya de manera eficiente, sin la pesadez que la carga de contenido innecesario conlleva.

Aunque mucho de este esfuerzo corra de nuestra parte, también es cierto que he visto que los desarrolladores ha tomado consciencia de ello y acá es donde han surgido proyectos que admiro demasiado y pues, no les he adoptado por una sola razón: tiempo invertido. Todo lo que le he invertido a WordPress de parte de mi blog es suficiente cómo para quedarme acá y seguir evolucionando junto a él… y bueno, sin más, los proyectos son Mataroa, Plume, WriteFreely, GoBlog, Bear blog.

Es allí donde está la esperanza de que la web futura pueda seguir manteniéndose limpia y eficiente.

En fin… un artículo más divagando y el cual no sé como terminar. Mi visión frente a los que escribo es simplemente: un legado. Siempre lo he dicho, aunque las palabras se las lleve el viento, el texto no, quizás cuando el destino me cobre factura y ya no continúe con vida, quizás mis letras sigan existiendo y rebotando en la mente de alguien más, quizás y solo quizás…

Gracias por leer.